Thursday, May 20, 2010

no-título

me he hastiado tanto del verbo esperar; mi rostro es cada vez más parecido a un desierto
toco mis labios cuales rocas, secas; y tras ellos todas mis voces, arenosas, llenas de vacío.
mi mirada se torna día a día más diáfana, y mis manos, más heladas.

todos los días busco al indeterminado viento, a él pues es lo único capaz de hacer volar;
y pienso, más bien siento: si existen tantos colores y calores allí afuera, por qué me siento pálido y helado ante tal realidad. (¿?). la tétrica agua de mi lagrimal precipita boca abajo gritando de angustia, sorprendida por esta ausencia. creo que al igual que ella, yo también me he procurado fugar.

es cuando desearía sólo ser, y dejar todo límite bajo tierra. DESEARÍA.

1 comment:

  1. No nos dejemos pisotear por esa angustia.
    No nos acostumbremos a sentirla, a besarla, a comerla.
    Siempre estamos boca abajo, respirando siempre el fondo del mar, sintiendo como pasan; nos desprecian, como corren y saltan las aves que saben nadar.
    Siempre miramos desde el fondo, pero no siempre podemos ahogarnos.

    Me gusta la fluidez, y la intrínseca expresión.

    Saludos, Simón.

    ReplyDelete